Esta crisis ha beneficiado al 1% más rico y ha hundido a la clase media
02 de junio de 2011 | 08:40 CET
En el juego de póker en que se ha convertido la economía actual, las
apuestas siguen subiendo. Pero no precisamente para la prosperidad del
mundo, sino para su hundimiento. Hoy se apuesta a la quiebra de los
países y se espera obtener con ello jugosos dividendos. Como certifica
el último informe del Boston Consulting Group, el 40% del ingreso mundial, queda en manos del 1% más rico del planeta,
algo que he advertido varias veces pero ahora lo dice una voz oficial.
El clip de arriba muestra el incremento de la desigualdad para Estados
Unidos en los ùltimos 30 años. Esto da cuenta de los enormes beneficios
que el modelo económico y la actual la crisis ha generado para los más
ricos, mientras el fuerte golpe para los más pobres y para el extermino de la clase media corre a raudales.
Se dice que en el juego de póker, Usted debe detectar a los 5 minutos
quien es el tonto. Y si no lo detecta, quiere decir que el tonto es
Usted.
Europa ha sido el tonto de esta crisis al dejarse contagiar de toda
la corrupción de los bancos estadounidenses. Bancos que creían realizar
el “trabajo de Dios”, como afirmó Lloyd Blankfein, el CEO
de Goldman Sachs. Los principales bancos estadounidenses, que no sólo
son los dueños de la Fed, sino que de gran parte del mundo, son los
grandes inventores de esta crisis y apropiaron los estigmas más
perversos de la doctrina de Ronald Reagan, para hundir a la economía
mundial. Como señala Paul Farrell, uno de los más lúcidos comentaristas
de The Wall Street Journal, la ideología autodestructiva de Reagan amenaza con derribar varios siglos de capitalismo.
Esto es lo que tiene al mundo viviendo el fuerte proceso de bifurcación
social en el cual la clase media corre el peligro de ser exterminada.
Las abusivas prácticas de derroche provienen de larga data, como he presentado en este post para el caso de España, y en este para Estados Unidos. La burbuja inmobiliaria era ya una realidad en el caso español el año 2000,
pero nadie hizo nada, pensando, ilusoriamente, que el mercado
corregiría automáticamente los desequilibrios. El pretexto para no
hacer nada era que todo el mundo estaba igual: viviendo una auténtica
bacanal de consumismo basado en deuda, como sintetiza para el caso
español el siguiente clip, simple fractal de lo que ocurría a nivel global como reseña este otro clip.
Y ahora que se descubre que todo ese consumo era falso, motivado por
una idea de ingreso permanente y en constante aumento que nunca
existió, la economía global choca con su dura realidad. Por algo
Bradford DeLong define todo este proceso como el colapso intelectual de la Escuela de Chicago,
en razón a que de ahí salieron las ideas de la desregulación de los
mercados, de la reducción de los impuestos a los más ricos, y de la
extinción del gasto público. Y es muy cierto: la desregulación de los
mercados desató la crisis, la reducción de los impuestos la amplificó al
acelerar la brecha entre ricos y pobres, y la extinción del gasto
público está condenando a millones a la miseria. Este es el gran
resultado de las políticas de los últimos 30 años, propugnadas por la Escuela de Chicago encabezada por Milton Friedman.
Tal fue el adocenamiento de esta ideología económica, que incluso el
Banco Central Europeo descartó la idea de una crisis financiera. Para
el modelo de los economistas de Chicago, las crisis eran un invento de
los gobiernos, por tanto al sacar a los gobiernos de la actividad
económica se acababan las crisis. Y esto lo sintetizó Ronald Reagan con su frase célebre: “los gobiernos quieren sacarnos de los problemas, pero resulta que los gobiernos son el problema”. Curiosamente, y como refleja esta gráfica
de la deuda pública de Estados Unidos, fue con Ronald Reagan con quien
se disparó la deuda pública de Estados Unidos (tras suyo, y como asesor
económico, estaba Milton Friedman). Reagan recibió un gobierno con una
deuda pública del 30% con respecto al PIB en 1981, y lo entregó con una deuda pública de 50% con respecto al PIB en 1989.
Ahora, en pleno 2011, el Banco Central Europeo se encuentra con algo que no tenía presupuestado: la madre de todas las crisis,
algo que no figuraba en su historial y que ni siquiera fue pensado
cuando se elaboró la moneda única dado que, de acuerdo al modelo
monetarista, “las crisis no existen: son invenciones de los gobiernos y
su efecto es transitorio”. Queda claro, entonces, por qué el BCE no sabe cómo enfrentar la crisis: es sólo un espejismo. Pero el grave problema es que cada intervención del BCE tiende a agravar la situación, al convertirse en el vertedero de toda la basura de los bancos privados.
Como señalé en el anterior post, todos los activos tóxicos de los
bancos privados (hipotecas basura, préstamos dudosos, generación de
créditos fantasmas), han ido a parar al BCE,
quien ha transferido toda esa cloaca a dinero real, realizando la mayor
operación de lavado de dinero de la historia y, curiosamente, con el
beneplácito de los gobiernos. ¿Se entiende por qué huele todo tan mal?
Está claro que el gran público no entiende nada de lo que ocurre.
¿Y qué es lo que ocurre? Pues simplemente que las apuestas que
perdieron los grandes jugadores, han sido pagadas con los fondos
públicos, haciendo que sea el ciudadano de a pié el responsable del gran
derroche. En este gran juego de póker, lo que perdieron los tontos de
los gobiernos y los tontos del BCE se lo están cargando al ciudadano. Esto es algo que confirma el informe del BCG,
la crisis ha dado grandes beneficios a los más ricos, pero está
hundiendo en la miseria a los más pobres, y está exterminando a la clase
media del mundo.
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